Medio centenar de años, más de treinta de ellos de experiencia en la montaña, alrededor de medio millar de montañas ascendidas, me animan a empezar mi camino como bloguero. Junto a Toñi Morcillo, escritora, fotógrafa y montañera, hemos creado este blog donde podéis encontrar artículos, reseñas, montajes audiovisuales y fotografías, principalmente relacionadas con el mundo de la montaña; lugares conocidos en ocasiones y no tan conocidos en otras, pero con la clara intención de dar a conocer nuestra tierra. Con enlaces a youtube en donde podréis, si queréis, suscribiros a nuestro canal. Por descontado, estaremos encantados de conocer vuestras opiniones, propuestas, preguntas, críticas constructivas......todo lo que os apetezca. Nabesante es una palabra aragonesa que significa montañero, que gusta de caminar por la montaña y recorrer sierras; hace años que la hice mía y así se llama nuestro blog. Esperamos que disfrutéis con nuestros vídeos y si es así compartirlos.
Hoy
traemos un recorrido que transcurre por la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Una
espectacular ruta que comienza en Ejulve
y concluye en la cabecera del Barranco de Santa Lucía, conocida como la Caleja
del Huergo, donde el río se angosta y se rodea de abundante vegetación a la
salida de un hocino encañonado hasta conformar un paisaje espectacular . Su
recorrido esta señalizado como sendero de pequeño recorrido PR-TE-91.Al llegar
a la cabecera nos encontramos con una poza y haciendo equilibrios sobre un
tronco de árbol que alguien había puesto conseguimos llegar a la escalera que
permite el acceso al final del recorrido. Es un lugar
fascinante que nos recuerda que no hay mejor escultor que la propia naturaleza.
Partiendo de la localidad de Ejulve y por la carretera A-2403 en dirección a Aliaga llegaremos al puerto de Majalinos a 1450 m. en donde sale una pista a nuestra derecha por la que empezaremos a caminar. Alrededor de 150 m. de desnivel nos separa el lugar donde aparcamos nuestro coche con el objetivo de hoy.
No tardaremos mucho en poder ver la cima en donde se encuentra el vértice geodésico del punto más alto de la comarca de Andorra – Sierra de Arcos, llena de antenas no tiene pérdida, la pista poco a poco nos acerca y sin dificultad vamos ganando altura poco a poco hasta la cima y el vértice.
En Julio del 2009 un incendio calcino alrededor de 7.300 hectáreas de bosque en esta sierra, por lo que esta ascensión conlleva un sentimiento contradictorio, por un lado por los que conociéndola antes de la catástrofe somos conscientes de la pérdida producida y por otro, la capacidad regeneradora de la propia naturaleza y de las especies vegetales que sobrevivieron.
La Hoya de Huesca nos regala tesoros escondidos como los Mallos de Agüero, enormes monolitos de piedra que sorprenden a medida que te acercas a la población de Agüero. Son el resultado de una época geológica antigua. Durante la formación de los Pirineos en la orogenia alpina, una gran cantidad de materiales fueron arrastrados por los ríos hacia el sur. Aquí, la erosión y el paso del tiempo se encargó del resto y surgieron las verticales formaciones conglomeradas de los mallos, moldeadas por las aguas del río Gállego. De color rojizo debido a los materiales ferruginosos que los componen, son inmejorables para la práctica de la escalada. ( Pudimos contemplar a dos de ellos escalando Peña Sola).
Iniciamos nuestra ruta en el pueblo, buscando el antiguo lavadero, desde allí empezamos la ascensión. Existe una especie de senda con poca vegetación que nos llevará hasta el collado de peña Sola. La pendiente se hace cada vez mayor y al final, existe un pequeño resalte de roca que, aunque hace extremar las precauciones, no entraña dificultad. En el collado, las vistas son impresionantes: paredes verticales y una faja aérea que permite caminar unos metros para observar bien el paisaje. Entre las formaciones de esta gran mole destaca Peña Sola, de más de 200 m de altura en su vertiente oeste. La enorme fractura de piedra que separa Peña Sola del resto de los mallos origina una gran ventolera que obliga a no entretenerse mucho en ella y seguir caminando con los ojos bien abiertos ante tal espectáculo de la naturaleza. Los mallos permiten anidar a aves rapaces y nosotros tuvimos la suerte de ver bastantes buitres que sobrevolaban la zona.
Para acabar, visita al pueblo y a su iglesia románica de El Salvador. La iglesia de Santiago la dejamos para otra ocasión. No quisimos volvernos a Zaragoza sin visitar el pueblo de San Felices y su curiosa chaminera.
Es una ruta corta y sencilla pero no por ello poco interesante, sino todo lo contrario. Es altamente recomendable.
Es el turno de la
comarca del Matarraña, la cual hemos pateado en varias ocasiones y no nos ha
defraudado ninguna de ellas. Buena manera de comenzar es el paseo por los pozos
de La Pesquera, las pesqueras o los tolls como queramos llamarlos. Son piscinas
naturales de aguas color turquesa y temperatura muy cercana a la del mar
Mediterráneo que forma el río Ulldemó, afluente del Matarraña, en el término
municipal de Beceite.
Después
de tan agradable paseo, nos dirigimos a Valderrobres, concretamente tomamos la
carretera a Fuentespalda y a unos 7 km, sale una pista a la derecha que nos
llevará a los altos de la Moleta. Dejamos el coche allí donde comienza la
senda. El camino ( siempre ascendente pero sin mucho desnivel) es muy
agradable; troncos caídos, abundante vegetación arbolada, setos silvestres y
muchas jaras de color morado deshojadas por el viento que sopla en la zona. No mucho
después, alrededor de media hora, nos encontramos con un desvío que nos indica
la ermita de Santa Magdalena y continuando recto nos lleva hasta La
Moleta, donde dirigimos nuestros pasos en primer lugar. Grandes rocas
desprendidas jalonan el camino. La cima de La Moleta (819 m) es una planicie
boscosa y de abundante matorral. Desde allí se puede apreciar La Caixa y el
Perigañol, cimas que ya alcanzamos hace unos años, en la segunda ocasión que
viajamos al Matarraña. La Caixa está especialmente guapa bajo los dorados rayos
del sol de la siesta. Volvemos sobre nuestros pasos y al llegar al poste
del desvío anteriormente mencionado, continuamos hacia la ermita de Santa
Magdalena, una peculiar ermita rupestre en ruinas, de grandes dimensiones. Lo
primero que llama la atención es la majestuosidad asilvestrada del enclave.
Exvotos, alguna imagen y fotografías de la santa, nos recuerda el culto
cristiano del lugar. Todo está lleno de cascotes, trozos de rocas...lo cual
denota un gran abandono y cierto vandalismo que ha llevado a
destrozar incluso el bello arco de medio punto de la entrada de la cueva (tiene
unos diez metros de longtud y unos tres y pico de altura).
Los estudiosos indican que se trata de una ermita cátara. Es hora del regreso y
lo hacemos hasta el punto inicial de partida, una hora y media después.
De vuelta a Valderrobles , nos vigilan de nuevo La Caixa y
el Perigañol. Peña Galera luce dorada. El Matarraña y su duende.
No nos cansamos de decir que Aragón es infinito. Y es que es
verdad. Cada día descubrimos rincones de esta tierra que nos hacen presumir de
ella y que contribuyen más al amor que la tenemos. Esta vez, fue la ruta
botánica en el municipio de Alpartir. Iniciamos
esta ruta circular en las ruinas de la iglesia del convento de San Cristóbal, convento
franciscano construido en el siglo XV, el cual comenzó siendo un pequeño
eremitorio y acabó convirtiéndose en un convento en toda regla. Desde su
atalaya, tiene una situación estratégica. Comenzamos la ruta visitando las
ruinas de la iglesia , la fuente, de curso ininterrumpido de agua y el pozo,
sin tapar ni señalizar, lo cual lo convierte en peligroso para aquellos que no
suelen mirar donde pisan.. Entre retamas empezamos la ruta botánica muy bien
señalizada (un total de 30 estacas con sus respectivos paneles explicativos). A
los pocos metros del inicio nos
encontramos con las ruinas de la ermita de la Virgen del Pilar (s. XVII), junto
a ella, un nevero. Seguimos el sendero, durante el cual observamos el muro de
piedras que servía de límite del convento. Alcanzamos la cima de San Cristóbal,
vértice geodésico a 735 m de altitud.
Espectacular panorámica del valle del Jalón. Seguimos andando, ahora ya en
descenso, y nos encontramos con la cueva del tío Chirras, a cuyo interior
calcáreo se accede por una estrecha diaclasa que nos permite acceder a su
interior tumbados a ras de la roca. Fue descrita por primera vez en 1971. Es
impresionante pero nos apena el hecho de que estalactitas y estalagmitas están
cortadas de cuajo, no queda ni rastro de ellas. Continuamos descendiendo,
encontrándonos con sisallos, sabinas, enebros, tomillos, espliego ,encinas,
espantalobos,….y llegamos a unas ruinas de edificaciones , restos de hornos de
cal procedentes de antiguas extracciones a cielo abierto. Nos paramos en una
gran roca con un cartel que reza: NATURALEZA VIVA. Un espino negro crece sobre
ella, aferrándose a la vida. Llegamos a las ruinas de la ermita de San
Clemente, mandada construir en 1613 por el guardián del convento. Seguimos
avanzando por encima de una antigua acequia y volvemos a entrar en los terrenos
del convento. Estamos de nuevo en las ruinas de la iglesia del comienzo.
Nos alegra haber hecho esta sencilla y espectacular ruta por
la sierra de Algairén.
En la comarca de la Hoya de Huesca,
nos encontramos con el castillo de Marcuello o mejor dicho, con las ruinas del
mismo. Del antiguo castillo
se conserva la torre del homenaje, de planta rectangular, de la
que resta el muro norte, de considerables dimensiones, parte del
contiguo lado oeste, donde se observa la puerta de ingreso en arco, hoy
muy deteriorada, y los cimientos de las dos paredes restantes. Poco
queda del castillo románico; su iglesia, mejor conservada en honor de San
Miguel, aguanta mejor el paso del tiempo. Asentado sobre una plataforma, el
castillo ofrece unas espectaculares vistas de los mallos de Riglos, peña Rueba
y de los mallos de Agüero. Su silueta ruinosa se recorta en el paisaje
dotándole de cierto aire amenazador. Cerca de él, el mirador de los buitres nos
permite disfrutar de unas vistas impresionantes , a pesar del frío y el viento
helador, nos quedamos un largo rato para disfrutar de las vistas. Al fondo se
divisa la sierra de Santo Domingo.
Nos dirigimos después a Santa Eulalia
de Gállego para desde allí subir a la ermita de Santa Quiteria sobre el alto
del mismo nombre, con vértice geodésico a 712 m. La ermita es de estilo gótico
levantino del S. XIV y remodelada en 1980.El
pueblo celebra su romería el 17 de enero y 15 de agosto.
Como siempre, Aragón no defrauda sino
que enamora con sus pequeños rincones. Os animamos a que lo descubráis por
vosotros mismos.
Sierra Nevada, desde hace muchos años, era un destino señalado al que anhelábamos acercarnos por muchos motivos: por la comunidad en donde se encuentra, Andalucía, por sus montañas, por sus playas, por sus gentes… pero sobre todo por pisar y ascender algunos de los tresmiles que nos regala esta tierra. La ascensión al Mulhacén, que con sus 3.479 m. es la cota más alta de la península ibérica, es una experiencia que quedará en nuestros recuerdos montañeros por todo lo que supuso.