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Medio centenar de años, más de treinta de ellos de experiencia en la montaña, alrededor de medio millar de montañas ascendidas, me animan a empezar mi camino como bloguero. Junto a Toñi Morcillo, escritora, fotógrafa y montañera, hemos creado este blog donde podéis encontrar artículos, reseñas, montajes audiovisuales y fotografías, principalmente relacionadas con el mundo de la montaña; lugares conocidos en ocasiones y no tan conocidos en otras, pero con la clara intención de dar a conocer nuestra tierra. Con enlaces a youtube en donde podréis, si queréis, suscribiros a nuestro canal. Por descontado, estaremos encantados de conocer vuestras opiniones, propuestas, preguntas, críticas constructivas......todo lo que os apetezca. Nabesante es una palabra aragonesa que significa montañero, que gusta de caminar por la montaña y recorrer sierras; hace años que la hice mía y así se llama nuestro blog. Esperamos que disfrutéis con nuestros vídeos y si es así compartirlos.

domingo, 25 de abril de 2021

CRAPAMONTE 1300 M

     Al terminar la bajada del Monrepós, nos dirigimos a Boltaña por la sinuosa carretera de La Guarguera. Son 52 km de curvas que atraviesan una de las zonas más despobladas de Aragón. La carretera discurre paralela al río Guarga en muchas ocasiones y el paisaje es realmente espectacular. Pasamos de la comarca del Alto Gállego a la del Sobrarbe y tomamos un desvío a la derecha hacia el municipio de Pueyo de Marcat, pequeña población cuyas construcciones de piedra se mimetizan con el paisaje. A los pocos kilómetros dejamos el coche e iniciamos , por pista, el recorrido para llegar a nuestro objetivo, la desconocida cima de Capramonte o Crapamonte, de 1300 m. de altitud.

     Desde el inicio del camino los Pirineos nos acompañan a la izquierda. Sus cumbres más altas nos recuerdan la inmensidad del Pirineo. Nos escoltan sin descanso de oeste a este: el Cilindro de Marboré, Monte Perdido y Pico de Añisclo; así como las Tres Sorores, el Mondoto (aún recordamos cuando subimos a su cima, hace ya unos cuantos años), Peña Montañesa, el Cotiella y el Turbón. Todos nos vigilan desde sus atalayas.

     El camino es llevadero, pista de piedras en algunos tramos y de tierra y hierba en otros. Una ascensión sin dificultades  que en su hora de duración nos regala la presencia constante de las montañas pirenaicas.

     En su cima, el vértice se convierte en balcón espectacular del Pirineo. Las montañas nos miran y colmados de su blanca mirada nos rendimos a los pies de semejante espectáculo.



                  

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