Continuamos en el Matarraña,
tras la jornada marcada por la ascensión a Peñagalera y la visita al pueblo de
Beceite, dormimos a orilla del embalse
de Pena, y a la mañana siguiente nos dirigimos a conquistar el Perygañol ( 1034
m), bien señalizado y sin grandes dificultades pero de subida constante, con un
desnivel de 400m. La Caixa y el
Periganyol se encuentran en la Sierra de Arca, un pequeño cordal que separa
Valderrobres de Beceite. Salimos
a las 9:55, enseguida se pasa por la Balsa del Quinto y tras pasar junto a bancales de cultivo abandonados, el camino vuelve a
subir fuerte y nos ofrece magníficas vistas de Beceite, del embalse de Pena, y
del macizo de los Puertos de Beceite. Poco antes de la mitad de la ascensión
divisamos ya nuestro objetivo y también La Caixa. Continuando por el
camino bien señalizado con las marcas del PR, hacia las tres cuartas partes de recorrido, el
camino se bifurca. A la derecha, nos conduce al Perigañol (1.033 m.), adonde
llegamos en 5 minutos, llegando sobre las 11:10 h. ( A la izquierda nos conduciría
hasta la Caixa a cuya base se llega en unos veinte minutos aproximadamente
desde este punto, pero esta ascensión la dejamos para después del Perygañol ). Vértice
geodésico en su cima que no es bonita al
hallarse en ella una caseta forestal y una especie de refugio de piedras lleno
de cosas inútiles y restos diversos, todo en un espacio de terreno muy reducido.
En una de las paredes exteriores del refugio descansamos un poco para almorzar y
seguimos hasta la Caixa
La ascensión a La Caixa (1014m), desde el
Perygañol es un camino sencillo y muy bonito, se atraviesa un inmenso bosque
para después ir bordeando esta gran mole rocosa con forma de meseta. Aquel día hacía
frío y mucho viento. Llegamos hasta el final cómodamente y es en ese punto
donde hay que realizar una trepada de unos 15 m ya que sus paredes son
totalmente inexpugnables desde cualquier lugar; nos ayudamos de las cadenas existentes bien ancladas en la roca,
no está de más llevar una cuerda para asegurar a los más miedosos o a los
niños. La parte alta de La Caixa es una
muela que nos ofrece unas vistas
impresionantes y tuvimos suerte de ver muchas cabras.
Dos ascensiones que van de la mano y que
no os dejarán indiferentes. Os animamos a que las realicéis, merecen la pena.
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