Al sur del sur
de Aragón se encuentra el término municipal de Abejuela; pudiera parecer que
hablamos del fin del mundo y algunos aspectos nos darían la razón; por ejemplo
si hablásemos de comunicación, pero por otro lado si decidimos adentrarnos por
esos lugares nos encontraremos con esa magia que tiene la aventura de
adentrarse en un territorio aparentemente poco conocido. En esta ocasión
ascenderemos al vértice El Retamar de 1628 m., no sin antes visitar la ermita
de Sta. Margarita, lugar en donde comenzaremos la ascensión.
Saliendo de
Manzanera y tras pasar por Los Cerezos cogeremos a nuestra izquierda la
estrecha carretera que nos llevará dirección a Abejuela, pasando por el
balneario de los Paraísos. Iremos introduciéndonos en un paisaje que poco a
poco se irá cerrando con exuberante vegetación, el Valle de los Paraísos junto
al río del mismo nombre. Iremos dejando a nuestro paso fuentes como la Tejeda y
La Paloma y la carretera siempre estrecha, continuará su recorrido adentrándose
en el Barranco de los Charcos. Cerca del desvió a la ermita de Sta. Margarita
el paisaje se abre dejándonos ver la zona más meridional de Aragón.
La ascensión
sin demasiado desnivel nos lleva sin dificultad hasta la cima: pasto, sabina
rastrera y plantas aromáticas nos acompañarán durante el trayecto. Vestigios de
la guerra civil, trincheras más concretamente, nos recuerdan este conflicto,
prácticamente en la cima nos encontraremos una gran trinchera que parece
proteger al vértice y al no olvido de lo que nunca debería repetirse.
Desde la cima, la amplia panorámica merece muy mucho
la pena, destacando la Sierra de Javalambre, pudiéndose identificar en días
claros como brilla el observatorio del pico del Buitre. Merece la pena llegar a
Abejuela, darse un paseo por sus calles y acercar, aunque sea simbólicamente a
estas poblaciones tan lejos de todo, al reconocimiento del resto de aragoneses
de que también existen y son parte nunca menos importante de una gran
comunidad, la aragonesa.
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