Llevo muchos años yendo a la montaña, he recorrido infinidad de lugares espectaculares y en ocasiones me paro a pensar del por qué me empeño en subir a montañas aparentemente sin interés alguno, podría poner mil excusas pero reflexionando llego a la conclusión de que las motivaciones que me empujan son muchas, de todas formas, necesito muy poco para ponerme las botas y lanzarme a la aventura. El Cerro Redondo es una de esas montañas que pasan desapercibidas, no es bonita, no es muy alta, es sencilla de ascender y para llegar a ella hay que hacer muchos kilómetros, pero eso no quita para buscar motivos para su conquista: es el punto más alto de la comarca del Bajo Aragón, poco o nada visitada (eso me pone), no hay reseñas de su ascensión (pura aventura) y es una buena excusa para parar en alguno de sus pueblos (en concreto Berge) y tomarme una cerveza y una buena ración de morrico de cerdo, que ahora que lo pienso, hace que me pregunte: ¿qué fue lo mejor, la ascensión o el ratico del bar…? , ¡Pues todo!
Para subir a esta montaña hay que tomar la pista que une la población de Seno con la Masía de la Fuente del Salz, es una pista semi asfaltada que discurre por la ladera norte del Redondo. Sin señalización ni sendero definido, optamos por dejar el coche nada más pasar la zona más elevada por la que discurre el camino. Ascendemos por terreno con abundante vegetación pero que no dificulta en exceso la progresión, alternamos zonas pedregosas con otras con el suelo cubierto de plantas rastreras y aromáticas, el simple sentido de la orientación (dirigir nuestros pasos a la zona más alta) nos va llevando a la cima alomada de la montaña. Un amontonamiento de piedras y la confirmación de las coordenadas del GPS, (no hay vértice geodésico) nos indica el final de nuestro destino. Un pequeño paseo por los alrededores nos enseña restos de trincheras y una buena panorámica de esta zona de la provincia de Teruel.
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