En la comarca de La Ribagorza, en la provincia de Huesca, nos encontramos con esta espectacular obra de ingeniería de 291 escalones construidos sobre la pared de la montaña de la sierra del Montsec. Este itinerario se encuentra en la frontera natural entre las provincias de Huesca y Lérida que delimita el río Noguera-Ribagorzana y se inauguró el 2 de junio de 2013. Es en esa fecha cuando Aragón y Cataluña vuelven a estar conectados tras 60 años, cuando el antiguo puente que comunicaba ambas riberas, quedó anegado por la construcción del embalse de Canelles que se nutre de las aguas del río Noguera-Ribagorzana.
La ruta parte desde la Casa Batlle, actual Albergue de Montfalcó y pasa por diferentes zonas que permiten contemplar todo tipo de paisajes donde aparecen especies autóctonas del lugar. Los primeros 600 metros, que nos llevan a la fuente de Montfalcó y al antiguo lavadero del pueblo, están interpretados con numerosos paneles que nos hablan sobre la fauna y flora del lugar. Andamos por un bosque de quejigos que tras la fuente se transforma en un pinar y se cruza el barranco de Las Tarteras. Poco después, el sendero desciende a la base de un paredón cerca del río, nuestros pasos dan con una pared montañosa totalmente vertical, si queremos continuar tenemos que hacerlo por unas escaleras de madera que ascienden por la montaña en zigzag ganando altura de forma vertiginosa. Dos son los tramos de estas escaleras: el primero de ellos salva un altura de 33 metros con 132 peldaños. El segundo tramo de escaleras, es todavía más impactante que el anterior, ya que es más vertical y la altura supera los 50 metros. Los estrechos escalones son de madera, están bien fijos y hay sirgas de acero laterales para agarrarse si se considera necesario. La sensación es de máxima seguridad pero hay que prestar atención en todo el recorrido.. Una vez finalizado el ascenso, tras un camino empedrado y de dificultad media llega el momento de cruzar el puente aéreo de 35 metros que flota sobre las aguas del embalse de Canelles, lo que permite disfrutar de unas imágenes inigualables, el cual separa Aragón de Cataluña. El puente se mueve de arriba abajo al pasar y el aire no ayuda a mantener la estabilidad. Al final de este puente comenzará el camino que nos llevará a enlazar con el GR-1 y recorrer el Congosto de Montrebei, objetivo de otro audiovisual.
La construcción de estas pasarelas supuso una división de opiniones. Para muchos es una opción perfecta para vivir una experiencia única y poner la adrenalina al límite. Pero hay otros tantos que creen que esta construcción es un ataque al medio ambiente y a la pared de la montaña. Sean cuales sean las razones de cada uno, lo que está claro es que es una experiencia única, además de una estupenda posibilidad de recuperar un camino histórico que por la construcción del embalse quedó totalmente desaparecido.
Merece la pena vencer el miedo y el vértigo.
Las vistas de las pasarelas, del Montsec y del embalse son indescriptibles desde cualquier punto de la ruta. Una jornada inolvidable.
Importante protegerse del sol a partir de la primavera y llevar agua.
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